domingo, 29 de julio de 2018

Bello durmiente

Ayer encontré a mi bello durmiente, ya lo conocía desde hace más de un año, sólo que en los últimos días he logrado una mayor convivencia con él.
Entonces descubrí...
Que su seño fruncido puede desaparecer con pequeñas acciones.
Que tiene mucho que enseñarme, especialmente de sus gustos y su personalidad, desde pequeños momentos como es el comer una manzana.
Que exagerar mis reacciones son motivo de encontrar en él una carcajada.
Que su comprensión del mundo es grande aún cuando él es tan pequeño.
Que sus pequeños aprendizajes de educación enamoran.
Que basta un segundo mecerle en el columpio para encontrar su felicidad.
Que los juegos más simples son los que más le gustan.

Y por supuesto en mi bello durmiente descubrí que un poco de música relajante es suficiente para hacerle llegar a los brazos de morfeo, en donde es capaz de permanecer por horas.

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